Foro virtual recuerda el pensamiento de Monseñor Proaño para la Postpandemia

El conversatorio contará con la participación del padre Eleazar López (México), Hna. Victoria Carrasco (Ecuador) y el padre Carlos Vera (Ecuador).

Con ocasión de recordar el 32° aniversario de la Pascua de Taita Proaño, la Asociación Católica de Comunicación de Ecuador, SIGNIS Ecuador y el Movimiento Monseñor Leonidas Proaño organizan el foro virtual con el tema «¿Cómo vivir la nueva normalidad, a partir del pensamiento de Mons. Proaño?». El evento se llevará a cabo el viernes 28 de agosto, a partir de las 17h00, a través de la plataforma de conferencias virtuales Zoom y se transmitirá en vivo por la página de facebook de SIGNIS Ecuador.

Monseñor Proaño, quien fuera obispo de Riobamba, es uno de los padres de la Iglesia Latinoamericana, y que consagró su vida a la defensa y promoción de los derechos humanos de los pueblos indígenas. 

SIGNIS Ecuador postuló a Monseñor Proaño como candidato a recibir el Premio Comunicador de la Paz y, en febrero de 2010, en el marco del Mutirao Latinoamericano y Caribeño de Comunicación (IV COMLAC), que tuvo lugar en la ciudad de Porto Alegre, Brasil, la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación, OCLACC (actualmente SIGNIS ALC), declaró a Taita Proaño como “Comunicador de la Paz”, junto al ahora Santo Óscar Arnulfo Romero.

En su libro “Creo en el Hombre y en la Comunidad” Monseñor Proaño recuerda varios de los aportes que hizo en el ámbito de la comunicación y los medios de comunicación, tanto como de su faceta de comunicador por excelencia, razones por las que SIGNIS Ecuador lo tiene como referente del comunicador comprometido con la promoción de la paz y la defensa de la justicia.

A la persona sabia se la distingue por la sencillez con la que piensa, habla y actúa. Monseñor Proaño al ser un hombre sencillo, aprendía de los sencillos y enseñaba de manera sencilla, por esto dice:

…cuanto he vivido y he aprendido no ha sido extraído de las aulas universitarias de mi país o de algún otro país del mundo, sino de la cantera del pueblo, porque mi Universidad ha sido el pueblo y mi mejores maestros han sido los pobres en general y particularmente los indígenas del Ecuador y de América Latina, considerados en Puebla como “los más pobres entre los pobres”. (Discurso pronunciado en la Universidad de Saarland, Alemania Federal, el 26 de octubre de 1.987 al recibir el Doctorado Honoris Causa).

Creo en los pobres y oprimidos. Creer en los pobres y oprimidos es creer en las semillas del Verbo. Creo en sus grandes capacidades, particularmente en su capacidad de recibir el mensaje de salvación, de comprenderlo, de acogerlo y de ponerlo en práctica. Por esto, es verdad que los pobres nos evangelizan… Creo en la Iglesia de los pobres, porque Cristo se hizo pobre, nació pobre, creció en un hogar pobre, hizo discípulos entre los pobres y fundó su Iglesia con los pobres. Por esto, al mismo tiempo que hago mi profesión de fe en los pobres, me atrevo a tomar las palabras estremecidas de alegría de Cristo: “Yo te bendigo Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos de este mundo y las has revelado a los pequeñitos.

Esta es mi Fe. Esta Fe ha dado sentido a mi vida.” (Creo en el Hombre y en la Comunidad).

En la actual situación de emergencia sanitaria que vive el mundo y Ecuador, por la pandemia del coronavirus, es oportuno reflexionar a la luz del pensamiento Leonidas Proaño, quien hacía un llamado ferviente a luchar por la defensa de la vida planetaria: “… Busco en todas partes luchadores por la Paz y por la Vida. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde, antes de que la ambición y la locura de unos hombres conviertan a nuestro planeta tierra en una luna muerta, en un cementerio del espacio.” (Discurso Pronunciado en la Universidad de Saarland, Alemania Federal, 26 de octubre de 1.987 al recibir el Doctorado Honoris Causa).

La metodología del Ver- Juzgar- Actuar que utilizaba Monseñor Leonidas Proaño nos puede orientar a encontrar las salidas.  Al explicar el método, monseñor Proaño decía: «La crisis ha provocado preguntas, casi desesperadas, en los participantes. ¿Qué podemos hacer? ¿Qué tenemos que hacer? ¿Cómo cambiar esta situación? ¿Somos capaces de enfrentarnos con esperanza a una situación semejante? ¿Qué está haciendo la Iglesia? ¿Qué hemos estado haciendo nosotros?…” preguntas tan actuales y urgentes en nuestra reflexión del momento presente.