Por: Doménica Cano
Con ocasión de recordar el 32° aniversario de la Pascua de Taita Proaño, el pasado 28 de agosto se llevó a cabo el conversatorio virtual con el tema « ¿Cómo vivir la nueva normalidad, a partir del pensamiento de Mons. Proaño?». El evento fue organizado por la Asociación Católica de Comunicación SIGNIS Ecuador y el Movimiento Monseñor Leónidas Proaño .
El encuentro fue la oportunidad para rememorar el compromiso social del obispo de Riobamba, su aporte humanitario a favor de las comunidades indígenas y su misión pastoral evangelizadora desde la conciencia.
Al iniciar el encuentro, David Silva, representante del Movimiento Monseñor Leonidas Proaño, enfatizó en la importancia de su legado para las nuevas generaciones, a su vez Alex Dávila, presidente de SIGNIS Ecuador, destacó sobre el compromiso de identidad con la lucha por la justicia, solidaridad y la paz, esto a partir de su rol en la comunicación por la creación de escuelas radiofónicas populares, al servicio de los demás.
Este profeta nos invita a meditar en las injusticias hacia los pueblos originarios y el valor de su riqueza ancestral; Monseñor Proaño supo ver el “tesoro escondido” en los corazones de los más vulnerados y les enseñó desde el evangelio su dignidad humana. Se preocupó por ofrecerles educación y los motivó a superarse integralmente. Su legado sigue latente en la vida de tantos incluyendo a quienes indagan en su labor pastoral.
El conversatorio digital contó con la participación del padre Eleazar López (México), Hna. Victoria Carrasco (Ecuador) y el padre Carlos Vera (Ecuador) quienes compartieron experiencias a lo largo de su vida con Monseñor Leonidas Proaño y desde su realidad destacan el valor de su trabajo como referente en América Latina sobre defensa de derechos y la dignidad humana.
El conversatorio reveló la obra social de Monseñor Leonidas Proaño, su trabajo en la comunidad indígena, quien buscó reivindicar la identidad de la persona y los aportes de su acción pastoral nos invitan a contextualizarnos en la realidad actual, a fin de obrar como lo haría monseñor en estos tiempos.
Por esto, la Hna. Victoria Eulalia nos compartió un panorama social y político a nivel actual en el Ecuador, denunciando las injusticias y atropellos a los derechos humanos. Destacó a su vez, que la inequidad estructural, profundizada por la pandemia, constituye un desafío para los pueblos latinoamericanos, para su capacidad de solidaridad y organización.
Monseñor Leonidas Proaño fortaleció la iglesia indígena desde la construcción de una nueva sociedad en el seno de la organización popular, nos comenta el padre Carlos Vera, que insistió en que es fundamental evangelizar, tomar conciencia, organizarnos y participar en la construcción del mundo nuevo.
El padre Eleazar López comentó que Mons. Proaño buscó la reconciliación efectiva de los actores sociales desde el compromiso de construir juntos la paz social y eclesial desde abajo, desde los más olvidados y los pequeños.
“La nueva normalidad supone arrancar de nuestro corazón y del modelo de vida imperante el virus del egoísmo, de la explotación, del descarte del otro –como expresa el Papa Francisco- para ser en verdad un pueblo y una iglesia plenamente fiel al Evangelio del Reino proclamado por nuestro Señor Jesucristo y soñado por nuestros antepasados.”
Su legado nos invita a reconocer en el otro la presencia del mismo Dios, es necesario formar una iglesia en salida comprometida con su comunidad. Monseñor Proaño ha despertado a los pueblos indígenas y estos ahora están en pie, son los únicos que pueden tener una palabra con que construir el futuro, nosotros estamos llamados a asumir ese ideal, solidarizarnos y atrevernos a hacer camino con ellos, más aun en tiempos actuales, darnos cuenta que unidos podemos superar la adversidad.
Para finalizar el padre Eleazar López destaca lo siguiente
“El espíritu de Mons. Proaño se ha esparcido en los Andes, en la Selva, en la Costa, en Ecuador entero seguirá soplando sobre el caos actual, marcado ahora por la pandemia, hasta convertirlo en creación de nuevos cielos, nueva tierra y nueva humanidad, nuevo modo de ser iglesia. ¡Así sea!”