Quito, 21 de octubre (Signisec).- Con un llamado a «promover y respetar siempre la legalidad democrática, las instituciones y, muy principalmente, la vida y los derechos de todas las personas», la Conferencia Episcopal Ecuatoriana reiterósi invocación a l diálogo y la reconciliación nacional tras las tensiones y conflictos registrados tras los graves acontecimientos del pasado 30 de septiembre. Para los obispos católicos, «El manejo de las crisis y, en general, del accionar político reclaman por parte de todos actuaciones serenas y prudentes».
Tras lamentar por la «pérdida de vidas humanas, de heridos y de familias destrozadas. Así como también el choque entre hermanos, la fractura social y la inestabilidad política creada», el episcopado, reunido en su Asamblea Plenaria semestral, emitió un comunicado en el que expresa que «no puede justificarse la insubordinación y el irrespeto al orden constitucional, así como tampoco la agresión al Señor Presidente de la República. Al contrario, creemos que es preciso promover y respetar siempre la legalidad democrática, las instituciones y, muy principalmente, la vida y los derechos de todas las personas», dice el comunicado.
Así también reiteran su compromiso «con una búsqueda sincera de la reconciliación y de la fraternidad, del diálogo abierto y constructivo y de una cultura de la legalidad, sobre la base de nuestras tradiciones cristianas y humanistas».
Agrega que en estos momentos es fundamental «el respeto de la institucionalidad democrática por parte de todos los ciudadanos y de los mismos Poderes del Estado. La democracia adquiere vigencia no sólo por el ejercicio del voto sino, muy principalmente, por la necesaria participación y concertación de los diversos agentes sociales. Ello permitirá superar una relación de confrontación y de violencia y promover, al mismo tiempo, una participación ciudadana crítica y responsable, sin clientelismos ni exclusiones».
En el comunicado firmado por Monseñor Antonio Arregui, y Monseñor Ángel Sánchez, presidente y Secretario general de la Conferencia Episcopal, respectivamente, se expresa que los obispo acogen «el anhelo de nuestro pueblo a favor de una Patria grande en la que todos se sientan debidamente acogidos y valorados. Esto nos exige seguir trabajando por erradicar la inequidad y pobreza, como requisito indispensable para la paz social.
Esto implica también superar la inseguridad jurídica y ciudadana, promover el empleo y la inversión productiva y asegurar especialmente a las jóvenes generaciones la esperanza de una vida más plena. Todo esto, según el llamado de los Obispos Latinoamericanos en Aparecida, nunca será posible sin la presencia y el compromiso, en los ámbitos políticos, comunicativos y universitarios, de líderes coherentes con sus convicciones éticas y religiosas.